"Un tranvía llamado deseo" fue llevada al cine por Elia Kazan a partir de una obra de Tennessee Williams. Blanche (Leigh) ha perdido la finca de sus padres y visita a su hermana Stella y a su irascible marido Stanley (Brando) en Nueva Orleans, pero allí no la quieren. Stanley la odia por su sofisticación y su tendencia a perder el contacto con la realidad. Blanche acaba cayendo en la psicosis.
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